En el marco del programa de hermanamiento del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, para el fortalecimiento del Codex Alimentarius, se realizó en Santo Domingo el taller sobre análisis de riesgo en inocuidad alimentaria donde se estrenó una nueva metodología de entrenamiento que mezcló ciencia y creatividad para gestores y comunicadores de riesgo.
El taller contó con la presencia del representante de IICA para Santo Domingo, Sr. Frank Lam, quien dio inició a la actividad, reafirmando el compromiso de IICA con la cooperación, el intercambio de experiencias y el desarrollo de capacidades entre naciones hermanas: “para nosotros como Instituto nos hace sentido facilitar el fortalecimiento de las capacidades nacionales en materia de inocuidad alimentaria. Creemos que la experiencia de Chile será de gran utilidad para República Dominicana, pero también nuestros amigos chilenos, podrán enriquecer sus iniciativas con lo que este país tiene para ofrecer”, afirmó.
De izquierda a derecha: Dra. Fátima Rosario Cabrera, Ing. Frank Lam, Claudio Canales y Constanza Vergara.
La iniciativa fue impulsada por el CONCA (Comité Nacional del Codex Alimentarius) a través de la Dra. Fátima Rosario Cabrera y el punto de contacto del Codex Alimentarius en el país, el Señor Modesto Pérez, quienes junto a IICA organizaron la convocatoria, la cual concentró a 35 personas provenientes del Ministerio de Salud Pública, de Agricultura, del Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor, del Instituto Dominicano de Calidad, INDOCAL, del Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento de la Industria Lechera, CONALECHE, Consultores de la Industria Alimentaria y profesionales de la Salud vinculados con la materia.
El taller, que comenzó el día 28 de agosto y culminó el 30 del mismo mes, unió las temáticas de evaluación y comunicación de riesgos, bajo una metodología de acción creativa. Comenzó con la intervención de Constanza Vergara quien expuso los conceptos básicos del Análisis de Riesgo en inocuidad alimentaria y su relación con el Codex Alimentarius, luego profundizó en la evaluación de riesgos y la priorización de peligros, con sesiones teórico-práctica de Priorización, Evaluación de Riesgos Microbiológicos y establecimiento de Límites Máximos Residuales. El día siguiente de taller, se centró en la percepción y gestión de riesgos, para entrar en aspectos de Comunicación, en donde Constanza Vergara desarrollo trabajos prácticos y así dio paso a la etapa de comunicación de riesgos que tuvo lugar la tarde del 29 agosto y todo el día 30.
Constanza Vergara, apoya a los participantes del taller en el cálculo de límites máximos residuales para pesticidas.
Claudio Canales abordó la comunicación, considerando los aspectos mencionados en Evaluación de Riesgos, que fue realizada con ejercicios prácticos in situ, enlazando ciencia y comunicación para abordar problemas de inocuidad. A partir de lo anterior, expuso sobre el modelo de comunicación de ACHIPIA basado en la creatividad, exponiendo las iniciativas comunicacionales que se han desarrollado a partir de dicho modelo. A continuación, el taller se centró en la generación de dinámicas que detonen los procesos creativos de los asistentes, entre los cuales, se encontraban diseñadores, periodistas, abogados y gestores de riesgo, con quienes se estrenó la primera metodología que busca el desarrollo de estrategias locales de comunicación basadas en la creatividad y que promuevan la educación en inocuidad alimentaria a partir de soluciones originales. En su exposición Canales, señaló que la Comunicación de Riesgos más que un proceso científico, es un proceso social que se ve determinado por diversos factores; desde el conocimiento de la población y las autoridades sobre riesgos y peligros alimentarios, hasta la situación social, política y económica de un país. Es por ello que ACHIPIA adopta la diferenciación de la comunicación de riesgos en dos momentos: Comunicación con presencia permanente con el objeto de contar con la confianza ciudadana y comunicación en momentos de crisis, en donde se elabora el intercambio de información que se hace necesario para abordar un problema de inocuidad. La metodología incorporó dinámicas de conexión con la memoria, la focalización en la población infantil, la detección de las principales ETAS a abordar, culminando con el desarrollo de lineamientos para una estrategia de comunicación educativa local.